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Seres Mitológicos Nórdicos: Criaturas de la mitología nórdica

El mundo mitológico nórdico no solo está lleno de dioses (los AEsir y Vanir), sino también de otras criaturas impactantes, sobrenaturales y llamativas. A continuación, como en ningún otro sitio, presentamos la mejor selección de criaturas de la mitología nórdica. 

Criaturas mitológicas nórdicas

Fenrir

Este es un lobo de tamaño monstruoso, que generalmente está asociado en la mitología nórdica con el fin de los tiempos o universo, el Ragnarok. Fenrir en algún momento fue un simple cachorro, pero con el tiempo alcanzó un tamaño y fuerza incontrolables, obligando a los dioses a que lo encadenen. Esta realidad es la que se relaciona con el arrancamiento del brazo del dios Tyr, justamente cuando la criatura monstruosa descubrió que se lo iba a atrapar.

Fenrir es el padre de los lobos Sköll y Hati, además de ser hijo del dios de las mentiras y travesuras, Loki. Se suele predecir que en el mismo Ragnarok Fenrir terminará con la vida del padre de los dioses, Odín.

Helhest

El Helhest es un caballo del inframundo de tres patas, es decir, está asociado al infierno Hel y a su guardiana, hija de Loki, Hela. Si se quiere es una criatura funesta, porque anuncia todo lo malo por llegar: enfermedades, decesos y accidentes. Asimismo, en ciertas variantes nórdicas no hay que dejar de lado su función de Psicopompo, en tanto guía de muertos.

Jörmundgander

Esta es la enorme serpiente que rodea el Midgard, es decir, el reino o mundo de los hombres dentro de la mitología nórdica. Como muchos otras criaturas, aguarda su gran papel para el momento del fin del mundo, llamado Ragnarok. Por este motivo, el dios Thor lo arrojó al mar.

Jörmundgander es hijo de Loki y la gigante Angrboda. Se dice que su tamaño pasó a ser tan grande que mordiéndose la cola podía abrazar a la tierra entera.

Sleipnir

Sleipnir es un caballo gris de ocho patas, perteneciente a Odín, si bien también era hijo de Loki y Svaðilfari. Se lo describe como el mejor de los caballos e incluso con la posibilidad de trasladarse al mismo Hel. Esta criatura mitológica simbolizaba todos los vientos y tenía grabadas en sus dientes las runas.

La leyenda dice que el mismo Loki le regaló a Odín este magnífico corcel, prometiéndolo que lo llevaría de horizonte a horizonte, surcando mar, tierra, aire y lo llevaría al mundo de los muertos. Su velocidad era inigualable.

Nidhogg

Nidhogg en la mitlogía nórdica es una especie de dragón que mora en una de las tres raíces de Yggdrasil, el árbol de la vida o el universo. Esta región es uno de los mundos, denominado Niflheim, donde el dragón roe las raíces para propiciar el Ragnarok y destruir el todo.

Por lo tanto, esta criatura tiene una función negativa, ya que roer las raíces de Yggdrasil equivale a destruir los nueve mundos y toda la vida que se albergue en ellos. En la misma región donde habita, luego de la regeneración, suele decirse que atormentará las almas de los difuntos.

Ratatösk

Ratatösk es un importante ser mitológico, ya que esta ardilla corre de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba por el árbol de la vida, Yggdrasil ¿El motivo? Lleva mensajes entre el águila sin nombre o Veðrfölnir, que se encuentra en la copa, y el dragón Nidhoog, que se halla bajo una de las tres raíces del mismo árbol.

Las explicaciones sin embargo son variadas: para algunos estudiosos la ardilla es un simple detalle decorativo, para otros un ser de elevada posición al ser partícipe en una potencial conflagración universal, por último algunos dicen que es una especie de atizador de disputas.

Veðrfölnir

Veðrfölnir es otra de las criaturas importantes de la mitología nórdica. Aunque la imagen sea dificultosa, este es un halcón sentado entre los ojos de una águila sin nombre, en la copa o cima de Yggdrasil. La ardilla es la que comunica los mensajes o el constante cotilleo entre el halcón en la zona superior y el dragón en la parte inferior.

Gigantes

Los gigantes son una raza importante dentro de la mitología vikinga. Aunque suelen ser adversarios naturales de los dioses, sean AEsir o Vanir, tenían algún trato e incluso se casaban. Son de una apariencia monstruosa y una fortaleza formidable. Representan lo primitivo, el caos y la naturaleza.

Aquí podemos desligar dos tipos, pertenecientes a dos mundos distintos. Por un lado están los Jotun, gigantes de roca o de hielo, quienes vivían en  Jötunheim (con su fortaleza y rey); por otro lado, los Muspeli, quienes eran gigantes de fuego residentes en Muspelheim, gobernador por Surt, una figura de vital importancia para el fin de los tiempos o Ragnarok.

Las nornas

Múltiples civilizaciones han personificado al destino, porque consideraban que las existencias tenían un rasgo inevitable, más allá de lo que hiciera el hombre al respecto. Las Nornas son criaturas femeninas que tejen en su telar los acontecimientos, de modo que cada hilo es la vida de una persona.

El pasado, presente y futuro está entrelazado en los hilos, que tienen una longitud determinada, lo cual demuestra cuánto tiempo vivirá la persona. Si bien se suelen citar tres, su número era superior y también vivían en las raíces de Yggdrasil. De hecho, riegan el árbol con agua del pozo de Udr.

Valquirias

Las Valquirias son deidades menores, que sirven a Odín, aunque su señora es Freya. Ellas son selectoras de muertos, porque su función es elegir a los muertos gloriosos en combate para que se dirijan al Valhalla. Esto era muy necesario, ya que los fallecidos se convertían en einherjer, espíritus guerreros que ayudarán a Odín a batallar en el Ragnarok.

No había una diferenciación clara entre Valquiria y Nornas, porque ambas tenían implicancias en los destinos individuales. A lo sumo las primeras estaban más ligadas a la guerra.

Enanos

De los gusanos que devoraron la cabeza del gigante Ymir surgió una nueva raza: los enanos. Estos seres vivían bajo la tierra, en uno de los mundos llamado Svartalfheim, dedicados a la minería y a la metalurgia. Forjaban armas y objetos muy poderosos para los dioses, como el martillo de Thor.

Elfos

Los Elfos en el mundo de la mitología nórdica eran de dos tipos: luminosos y oscuros. Su relación con la humanidad era bastante ambigua, porque a veces los favorecían y otras los perjudicaban. Los elfos de luz eran bellos y luminosos, su lugar de vida eran bosques, fuentes y cuevas, en el mundo de Alfheim.