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Qué es una Leyenda

Una leyenda es una creación humana fascinante, que a continuación te invitamos a desentrañar con información clara y precisa. Presentamos a continuación Qué es la leyenda: concepto, tipo, diferencia e historia. 

Significado de leyenda

El significado de la palabra leyenda nos hace remontar al vocablo latino legere, cuya acepción pendulaba entre elegir y leer. Si nos referimos al último significado, hay que decir que está en gerundivo, que era un participio en el latín de naturaleza pasiva, por lo tanto, si nos referimos a leer, la mejor traducción del significado es «algo para ser leído» o, como añaden algunos, «algo digno de ser leído». Esto se refiere sobre todo a que eran relatos vinculados con el cristianismo, sobre todo de raigambre católica, es decir, estamos hablando de las vidas de los santos y, por lo tanto, sucesos sumamente importantes. En esto último, Santiago de la Vorágine, con su polémica hagiografía, es un buen ejemplo.

Sin embargo, con el tiempo y sobre todo a partir de la Reforma protestante en el siglo XVI esa significación adquirió un sentido peyorativo, como narración no histórica. Es que figuras protestantes dividieron entre aquellos mártires o santos que tenían un fundamento real y aquellos que consideraban producto de lo maravilloso, con genealogías y sucesos que, según ellos, carecían de toda base sólida. Es probable, por lo tanto, que esa visión de la leyenda como relato fantasioso, espurio o por lo menos no histórico haya llegado a la lengua española sobre todo a partir de las concepciones que los ingleses promovieron.

Qué es leyenda

Una leyenda es una narración folclórica que puede variar en su extensión y que trata de hechos sobrenaturales como naturales o una mezcla de ambos y la misma puede ser transmitida de una generación a otra tanto por vías tanto orales como escritas.

Lo curioso de la leyenda es que se emplaza en cierto lugar y tiempo conocido, pero dentro de lo absolutamente real puede introducir hechos extraordinarios como milagros, figuras de dudosa existencia como hadas, seres de ultratumba y acciones que en verdad son portentosas. De ahí que se suela decir que el terreno de la leyenda es lo verosímil, porque aunque para muchos hoy ese mismo relato quizás no cuenta con fundamentos verídicos, por lo menos para ciertas personas y determinadas épocas sí los tuvo (también se la puede denominar como creíble). Eso le otorga un aire de polémica a la noción de leyenda, debido a que muchas veces lo que puede ser considerado como tal para algunos, en el sentido de relato controversial o directamente falso, para otros cuenta con plena realidad, aporta una cosmovisión de la vida; de esa manera se puede contener toda la riqueza de semejante definición.

Características de la leyenda

La leyenda tienen ciertos rasgos que la particularizan, la diferencian y que a continuación se detallan.

  • Lugar y tiempo preciso: Este rasgo es el más evidente de la leyenda, ya que a diferencia de un cuento o un mito los tiempos no se pierden en una imaginación inquieta o en un pasado incalculable, sino que tiene tiempos muy claros, a veces importantes para una comunidad, localidad o país. De lo último deriva que se diga que este estilo ingresa en lo verosímil, porque a pesar de haber elementos fantasiosos o sobrenaturales, las realidades y momentos son fechables en la historia humana.
  • Naturaleza etiológica: La etiología es si se quiere el estudio de las causas, por lo tanto, si se afirma que la leyenda es etiológica es porque sus relatos de alguna manera intentan dar explicación a cómo surgieron, por ejemplo, costumbres, personas, sucesos, maneras de hacer o hasta algo tan nimio como una denominación de un sitio específico.
  • Pueden tener ciclos: Las leyendas pueden desarrollarse en variadas etapas, en las que muchas veces (no siempre) se tiene como elemento común la presencia de un personaje. Se puede pensar, por ejemplo, en el Rey Arturo o en el muy famoso Robin Hood.
  • La oralidad: Si bien se puede apreciar a gran parte de la civilización como una cultura de libro o de la escritura, lo cierto es que antiguamente la principal vía de comunicación de esta clase de historias era la plena oralidad, pasando el relato de generación en generación. Por lo tanto, si se intenta analizar el alcance que antaño pudo tener una leyenda, independientemente como se la viera, es natural que esta vía pudo ser uno de sus rasgos principales.
  • Elementos imaginarios: Suele decirse, casi como una definición de manual, que la leyenda cuenta con un núcleo histórico (empírico y verificable) y elementos variados maravillosos o imaginarios (sin sustento real). Respecto a esto último, su añadido puede ser tanto efecto de lo involuntario o del error o voluntario, por ejemplo, con fines estéticos o estilísticos. De todos modos, ya se anunció más arriba, el diferenciar lo real de lo imaginario a veces puede resultar sencillo (suponemos que ya no se creen hoy en la existencia de dragones), pero en otras ocasiones sumamente complejo (la visión de un monoteísta específico que piensa que es una locura la religión ajena o la visión del ateo ante cualquier credo).

Clasificación o Tipos de leyendas

Existen variedad de tipos de leyendas dependiendo el público al que estén dirigidas, su intención, geografía, entre otros rasgos. Aquí simplemente se emplazan, sin ser exhaustivos, algunas clases:

  • Leyendas históricas: Son aquellas donde el elemento histórico y verosímil es más fácil de encontrar, ya que el mismo relato, por ejemplo, es parte de sucesos más amplios como guerras, conquistas, entre otros acontecimientos.
  • Leyendas etiológicas: La etiología trata sobre la causa u origen de algo, por lo tanto las leyendas (al igual que el mito) puede dar cuenta en un relato como surgió, por ejemplo, la costumbre de cierta manera de hacer algo o la forma en que se originó un elemento natural como un río, para dar simples ejemplos.
  • Leyenda escatológicas: Aquí tenemos dos sentidos en los que puede ser comprendida este tipo de leyenda: por un lado el simple hecho de tratar sobre tópicos de ultratumba, acciones más allá de la muerte; pero por otro, si la etiología habla de la causa u origen, la escatología habla de las consecuencias y fines últimos, por lo tanto, una leyenda puede contar con estos rasgos muy evidentes (esto último, en verdad, es más claro en el mito).
  • Leyenda religiosa: Relata vidas de santos, sucesos milagrosos que aportan conocimiento y enseñanzas y también eventos vinculados con el mal (el diablo, Satán, Lucifer, etc).
  • Leyenda infantil: El rasgo natural de este tipo de relato es que está adaptado a un público infantil, con todo lo que implica ello. Luego, posiblemente, el elemento fantasioso e imaginativo puede tener cierto énfasis, así como dar lugar a enseñanzas del tipo admonitorio o como consejo (también pueden ser etiológicas).
  • Leyenda urbana: Son propias de este ámbito, por lo que suelen ser transmitidas por los mismos medios de comunicación, a través de sus múltiples vías, sin hacer a un lado el boca en boca. Hay elementos fantasiosos, discordias en el relato y muchas veces adquieren visos de conspiración.
  • Leyenda rural: Aquí la leyenda tiene como ámbito el campo, presentando luego las características típicas de cualquier leyenda.
  • Leyenda local: Propia de un municipio, condado o sitio específico.
  • Leyenda de terror: Pueden estar vinculadas a las escatológicas y su función principal es generar cierto pavor en el oyente o receptor. Son historias de ultratumbra, de seres maléficos, fantasmas, ánimas entristecidas, muertes, etc.

Diferencias y similitudes entre Mito y Leyenda

Posiblemente el rasgo más evidente en sus diferencias sea la existencia o no de elementos imaginarios. Porque en un mito los seres son absolutamente sobrenaturales, como dioses, semidioses, monstruos y los sucesos son rotundamente prodigiosos en un tiempo antes del tiempo; en cambio, la leyenda cuenta con elementos maravillosos, pero hay rasgos eminentemente empíricos y verificables en la historia como el lugar, tiempo y a veces hasta acontecimientos y personas.

Asimismo, ambos pueden tener rasgos etiológicos, aunque esto último está mucho más acentuado en el mito, que da cuenta de cosmovisiones enteras, costumbres de toda clase (un relato de por qué nos sentamos de determinada forma) o hasta, para dar solo algunos ejemplos, la división sexual entre el hombre y la mujer. En cambio, las leyendas no siempre dan cuenta de las causas u orígenes, además de tener muchas veces la voluntad de contar una historia si se quiere con aspiraciones mucho más pequeñas, dignas en una comunidad o país (nadie puede dudar de las diferencias entre los avatares del Rey Arturo o del Charro Negro respecto a cómo se creó el universo para los esquimales de determinada época y región).

Las leyendas en México

México, al igual que cualquier país en este mundo, cuenta con una enorme dotación de leyendas. Es decir, relatos con componentes imaginarios o sobrenaturales, pero también con elementos históricos y empíricos, por lo tanto, haciendo a la narración verosímil, lo que va a hacer que algunos crean, otros duden y también haya personas que digan que son ostensiblemente falsos.

Un buen ejemplo de lo anterior es el Charro Negro, que vinculada elementos como personas que pueden haber existido (un joven con ambiciones monetarias importantes y una realidad económica) y fantasía (para algunos) como la presencia del diablo que a cambio del vil dinero obtiene el alma de un muchacho. El Árbol del vampiro también añade elementos históricos evidentes como la llegada de un hombre rico a Europa y lo extraordinario como que exista un individuo que se alimente de sangre y que sea efectivamente una clase de ser tan caro en la literatura occidental. A lo anterior se pueden añadir brujas, fantasmas, lugares encantados, etc, en un sinnúmero de narraciones más o menos ceñidas a cierto lugar (algunas pueden adquirir una notoriedad más amplias que otras).