Leyenda cherokee nativa americana
Una noche un anciano cherokee se sentó tranquilamente fuera de su casa, disfrutando de una hermosa puesta de sol. Su nieto salió corriendo de la casa y arrojó a su lado con un gran suspiro anhelante. Había rabia en los rostros de los jóvenes. «¿Qué pasa?», preguntó con suavidad el abuelo. El chico apoyó la cabeza en el hombro del anciano. «Mi amigo no jugará hoy conmigo. Se fue con los chicos mayores y me abandonó ¡Lo odio!».
El viejo puso su brazo alrededor del niño. «Sé cómo te sientes», afirmó con autoridad. «En mi larga vida yo también sentí rabia y odio debido a una injusticia que alguien me había hecho». Le acarició el pelo gentilmente al pequeño. «Pero el odio y la ira te desgastan y te cansan. ¿Sabes por qué es eso?». El niño negó saberlo con un simple movimiento de cabeza.
Con serenidad, el anciano, se lo anunció. «Es porque hay una terrible batalla dentro de cada uno de nosotros, entre dos lobos». «¿Dos lobos?», preguntó el niño. Sabía que su abuelo era muy sabio, pero dos lobos peleando dentro de él sonaba más que raro. «Sí, dos lobos», contestó el hombre entrado en años.
«Un lobo está lleno de ira, odio, celos, tristeza, arrepentimiento, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. Lucha con todos porque su ira y sus emociones, tan fuertes, le impiden pensar». El anciano se tomó un tiempo y retomó la historia. «El otro lobo es tranquilo y vive en armonía con todo lo que lo rodea. Está lleno de paz, amor, esperanza, alegría, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe. Él solo peleará si es lo correcto y peleará de la manera adecuada».
El anciano miró con los dos ojos bien abiertos a su nieto. «A veces me resulta complicado con estos dos lobos siempre peleando dentro de mí», afirmó.
«¿Cuál lobo ganará, abuelo?», preguntó el pequeño.
El abuelo contestó con una leve sonrisa. «El que más me alimentó en esta vida».