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La aterradora leyenda del Chupacabras

La leyenda del Chupacabras, seguramente, sea ya parte del acervo cultural, un cúmulo de sucesos que para algunos será de carácter extraordinario y para otros de truculenta verdad. A continuación te presentamos información, imágenes y mucho material de la leyenda del Chupacabras. 

Breve reseña de la leyenda del Chupacabras

Las leyendas, si nos atenemos a su definición, suelen poseer componentes fantásticos, añadidos de las personas cuyos motivos pueden hacer emerger las teorías más variadas. En el caso del Chupacabras, a diferencia de otros relatos, contamos con una fecha de inicio bien demarcada: 1995, en Puerto Rico, y la persona que lo divisó por primera vez fue Madeylen Tolentino. El prodigio era una suerte de ser parecido a un extraterrestre, no mayor de un metro y medio de altura, con grandes ojos, púas detrás de la espalda, garras y, si se quiere, era bastante antropomórfico (es decir, similar, más allá a las enormes diferencias, a un ser humano). Ese primer avistamiento había sido terrorífico, porque era en medio de la noche y había pasado frente  a la casa de la persona.

Como una suerte de virus incontrolado, otros pobladores de dicha nación mencionaron a ese ser, que era bípedo, con rasgos más o menos similares en sus descripciones ¿Y qué hacía el tan temible Chupacabras? Abonó perfectamente su historia el hecho de que succionara la sangre de sus víctimas, que eran animales de ganado bastantes estáticos, dejando en evidencias importantes perforaciones en el cuello y criaturas totalmente lánguidas (se afirmaba que tomaban absolutamente toda la sangre).

Con el tiempo, sin embargo, las historias muy análogas aparecieron  en otros lugares del mundo, las cuales fueron recogidas y divulgadas por los medios de comunicación. Esa enorme caja de resonancia que es la televisión, pero también el internet, permitió conocer casos en Estados Unidos, Bolivia, Ecuador, Brasil, Paraguay, Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, Venezuela, México e incluso más allá del continente americano, en países tan remotos y distintos como Rusia o Filipinas. Siempre había un animal víctima de alguna criatura hematófaga en algún bosque o paraje campestre oscuro y un testigo humano lo suficientemente aterrado y dispuesto a contar su poco alentadora historia.

Sin embargo, la leyenda del Chupacabras no es lineal y, si se quiere, sufrió una suerte de ruptura en el año 2000: en principio, la criatura no era ya similar a un extraterrestre ni algo humanoide, sino más parecido a un animal de cuatro patas, cercano al coyote o al mismísimo perro. Esto no quito un ápice de credibilidad porque los animales víctimas tenían rasgos semejantes en sus muertes, los contextos se repetían sin cesar, los testigos proliferaban e incluso, paso crucial, ya se encontraban, por muerte natural o cazados, cuerpos de los Chupacabras.

Descripción del Chupacabras

Antes de seguir con las explicaciones, debemos hacer una alusión más profunda, tal vez, a los rasgos del Chupacabras y la leyenda que abonaron, de tintes terroríficos. Este animal en primer lugar apareció como una especie de extraterrestre, de exigua altura (no superaba el metro o el metro y medio), ojos bien llamativos y grandes, lengua y cara prolongada, colmillos filosos en la boca que denotaban su pasión por la sangre, garras, púas en la espalda y un tono oscuro. Sin embargo, esta es una versión del Chupacabras inicial, porque más allá de decir que caminaba encorvado y que era bípedo (con una parte inferior peluda y una superior con piel escamosa de reptil), también se lo había descrito como un murciélago, mutado genéticamente, por lo tanto poseedor de enormes alas.

Otra versión, ya anunciada anteriormente, lo marcaba como un modelo un tanto extraño y monstruoso de un perro o un coyote, con vista penetrante (ojos como saliendo de sus cuencas), lo bastante flaco o lánguido, además de que su andar era en cuatro patas y no dos como los casos que iniciaron en Puerto Rico. Finalmente, esta versión canina fue la que se impuso con el paso del tiempo.

Explicaciones científicas del Chupacabras

Un animal misterioso, monstruoso y hematófago, eso es el Chupacabras ¿Semejante realidad puede ser cierta? ¿O abreva, como tantas otras historias, en la inexorable e incansable imaginación humana? En verdad, los científicos han suscrito lo último con tesis lo bastantes rotundas. Es que la leyenda del Chupacabras podría haber seguido existiendo con fuerza (aún mayor si no se ha extinguido) si no se contara con el cuerpo, la morfología directa de estas supuestas criaturas tan particulares.

Entonces, ¿qué es un Chupacabras? El punto inicial lo dieron 12 cuerpos, en su mayoría provenientes de Texas y el sureste de Estados Unidos. Naturalmente, eran tan horribles como las descripciones que le habían dado fama, porque presentaban signos evidentes de piel quemada, sin pelos y excesivamente demacrados. Sin embargo, estudios del ADN dieron lugar a una realidad en exceso corriente: eran perros, coyotes, mapaches e incluso había un pescado ¿Y por qué se pensó que eran Chupacabras? Porque contaban con sarna sarcóptica causada por ácaros, que se alojan debajo de la piel y generan una gran inflamación. El escozor que se produce es muy difícil de soportar, el animal se lastima rascándose y, como toque fundamental, la sangre no llega a los folículos pilosos, lo que determina la caída del cabello. Podemos añadir que una condición debilitada añade infecciones bacteriales secundarias, dando lugar a cierto olor putrefacto. El resultado de todo esto es un monstruo en apariencia sin pelo, feo, con sangre (la suya en la mayoría de los casos, lamentablemente para éste) y maloliente.

Pero este mito tiene dos partes: se descubrió científicamente que el victimario era un simple animal sometido a ese orden de arácnidos pequeños denominados ácaros y otras infecciones, ¿pero las víctimas? ¿No tenían orificios en el cuello o a veces, en menor medida, en la zona estomacal ? ¿No parecían haber quedado absolutamente sin sangre? Para ello también hay una explicación: estos animales ya de por sí pueden ser cazados por perros y coyotes, presentando perforaciones en el cuello y no mucho más que eso. Asimismo, el ser humano se ve muy influido por otra leyenda, más famosa y vetusta, como la de Drácula, pero en verdad las criaturas verdaderamente hematófagas no atacan el cuello, sino a lo largo y ancho de toda la piel del cuerpo. Además, como dato complementario, un animal como un perro o coyote, tan distante de un murciélago, se moriría de hambre con solo sangre, ya que necesita de fibra proteica provista por la carne y grasas para sobrevivir ¿Y, finalmente, por qué adquieren ese aspecto las víctimas? Está comprobado que el animal una vez muerto, sin latido de su corazón, su sangre sin presión sanguínea se filtra hacia abajo en el cuerpo, donde se coagula y se espesa. Eso es lo que se percibe como lividez y da una apariencia a la criatura de que se le había extraído toda la sangre.

¿Por qué se divulgó la leyenda del Chupacabras?

Múltiples motivos se pueden encontrar para la extensión de semejante relato mitológico, a tal punto que algunos hablan de un sentimiento contra Estados Unidos por parte de algunos habitantes de Puerto Rico, sitio en donde se supone que comenzó todo. Sin embargo, hay que decir que el hombre ha visto criaturas extrañas desde que es hombre, encontrándole distintos tipos de explicación. Si a eso le agregamos el misterio de la noche, los miedos del ser humano, la paranoia sobre aventuras genéticas incontroladas y el internet (recordemos que el Chupacabras fue el primer monstruo, si se quiere, que contó con el inestimable servicio de la web), podemos hallar algunos atisbos de explicaciones sobre la proliferación de un relato fantástico como este.