Fábulas chinas con enseñanzas profundas. La cultura milenaria china siempre ha dado gran importancia a los valores sociales y estos se ven reflejados en estas fábulas.
Las fábulas chinas, especialmente las más antiguas, contienen grandes enseñanzas. Se han transmitido de generación en generación y muchos de ellos sobreviven hoy, corriendo de boca en boca o, como en este caso, de leyenda en leyenda.
Constituyen una forma real de la literatura popular. Muchas de estas leyendas chinas nunca se han transcrito, y perduran gracias a la tradición oral. Representan una herramienta útil para transmitir los principales valores de la cultura oriental a las nuevas generaciones.
En este artículo presentamos tres fábulas chinas tradicionales que nos muestran cómo los valores o la falta de ellos llevan a ciertas consecuencias. ¡Feliz lectura!
1. Fábula china La Gaviota y el hombre poderoso
Se dice que en un antiguo reino vivía un hombre rico y poderoso que amaba a las gaviotas. Todas las mañanas se levantaba y miraba el mar, hacia el que se enfrentaba su palacio. Se quedó allí durante horas, extasiado, contemplando los pájaros blancos que tanto lo sorprendían.
Un día encontró una gaviota en la terraza. Movido por la curiosidad, se acercó al ave con cautela dándose cuenta de que estaba herida. Con toda la dulzura posible, lo tomó en sus brazos y ordenó a sus médicos que lo trataran. Afortunadamente, la herida no era demasiado profunda y la gaviota se curó rápidamente.
Encantado por el animal, el hombre decidió guardarlo con él. Preparó para él los mejores platos … faisán, carnes exóticas, deliciosas frutas y delicias de todo tipo. Aún así, la gaviota no comió nada. El hombre trató de convencerlo de que comiera, pero fracasó. Pasaron tres días, luego el pájaro murió.
Moraleja de la Fábula china de La gaviota y la bondad
Moraleja de esta fábula china nos enseña que a veces el amor no es amor, sino egoísmo. El protagonista de esta historia creía que a la gaviota le gustaría lo que le gustaba, ignorando sus necesidades reales.
2. Fábula china El hombre ciego de codicia
En el antiguo reino de Qi había una vez un hombre con una sed insaciable de oro. Desafortunadamente para él, era muy pobre y su trabajo no le permitía enriquecerse. Apenas podía ganarse la vida. Sin embargo, vivió obsesionado con la idea de ganar dinero.
El hombre sabía que los comerciantes locales llenaban los bancos del mercado con sus hermosas figuras de oro. Objetos que se colocaron sobre espléndidas sábanas de terciopelo para que los ricos de la ciudad los levanten y los observen. A veces compraban, a veces no lo hacían.
El hombre estudió un plan para apropiarse de una de esas hermosas figuras doradas que brillaban bajo la luz del sol. Así que un día se vistió con sus mejores ropas. Fue al mercado pretendiendo observar las piezas de oro y, sin pensarlo dos veces, tomó una y huyó. No pudo ir muy lejos antes de ser capturado.
Los guardias le preguntaron cómo se le había ocurrido robar oro de esa manera, a plena luz del día y con cientos de testigos. El hombre respondió que su sed de oro lo había cegado, impidiéndole pensar.
Moraleja sobre la fábula china El hombre codicioso
Esta fábula china cuenta cómo las personas se vuelven ciegas cuando hay codicia y son capaces de hacer cualquier cosa, en este caso, de robar.
3. Fábula china El señor que amaba a los dragones
En China había un hombre llamado Ye con una obsesión con los dragones. Le encantó la forma, la mirada. Estaba encantado de ver las representaciones de estas increíbles criaturas cuando escupían fuego de sus bocas o sometían a todos los enemigos que enfrentaban.
Su admiración por los dragones era tal que él conocía cada leyenda sobre ellos. Incluso tenía dragones gigantes pintados en las paredes y techos de su casa. Un verdadero templo dedicado a los dragones.
Una noche, una cabeza de dragón asomó por una de las ventanas de su casa. Sin darle tiempo a Ye para reaccionar, comenzó a escupir fuego desde sus mandíbulas, obligando al hombre a correr y gritar por toda la casa. Huyó, completamente sorprendido por el susto.
Moraleja de la fábula china El Señor que amaba a los dragones
Esta fábula china nos enseña a amar la realidad y no a la que formamos en nuestra mente.
Las fábulas chinas son y serán siempre increíblemente encantadoras. Son la historia de una cultura milenaria que siempre ha dado gran importancia a los valores sociales.